Una tesis nunca es resultado
de la improvisación. Se debe apoyar en el método científico. Se aprende a investigar, y es necesario aplicar conocimientos y habilidades previos y de preparación.
Toda tesis
constituye una posibilidad que podría quedar
trunca si no sabemos investigar, y
no saber para qué investigamos. Es
difícil avanzar si se carece de conocimientos
mínimos, aunque sean rudimentarios y elementales, sobre investigación, así como tener una idea aproximada
acerca de nuestro objeto de estudio.
Investigar
no es fácil, es un proceso cambiante y
azaroso que debe estar acompañado por la más elevada y noble ambición intelectual para aportar conocimiento
científico. La investigación no se
improvisa, se planifica, es la consecuencia del
trabajo bien hecho. Puede abrir un campo de
conocimiento nuevo, pero no cierra nunca
ninguno preexistente.
La ciencia genera conocimiento mediante la investigación,
pero no es definitivo. Toda tesis puede ser corregida, mejorada, objetada o
ampliada posteriormente. Eso sí, debe ser
ordenada, fundamentada y plasmarse en un
documento que explique el proceso y recoja los hallazgos
encontrados. Sin aportación o impacto no se hace ciencia. Es necesario diferenciarnos del punto de partida.
Una tesis bien hecha contribuye a las ciencias y a la
sociedad. Para determinar el impacto potencial de una tesis debe preguntarse primero,
si sus resultados aportará a la teoría o a la práctica de la
profesión, dependiendo de adónde aporte su tesis, podrá hablar de impacto potencial
teórico o impacto potencial práctico.
El impacto
potencial teórico se logra cuando se aporta nuevos conceptos, teorías, conocimientos
y formas de entender los problemas, ampliar conceptos o corregir ambigüedades
en la teoría, nuevas aplicaciones de conceptos y teorías a otras realidades. También
existe cuando se aporta nuevos instrumentos de medición, nuevas técnicas de
análisis, adaptaciones a instrumentos previos, adaptaciones a modelos
extranjeros, innovaciones tecnológicas, procedimientos de gestión, nuevos esquemas
de operaciones o nuevos modelos de capacitación.
El impacto
potencial práctico, se consigue cuando se aporta información útil que puede
resolver problemas, evitar consecuencias negativas, prevenir, corregir errores,
reducir costos, mejorar la eficacia, mejorar la eficiencia, resolver problemas
cotidianos o latentes, entre otros.
La tesis puede obtener un impacto teórico o práctico, o ambos,
depende del problema que se está investigando. Esta se justifica en la medida
que contribuye con la sociedad o las ciencias y debe responder a las siguientes
preguntas:
¿Qué utilidad tendrá?
¿Para qué problemas serán útil los resultados de su
investigación?
¿Qué mejora y beneficios aportará a la sociedad?
¿Para qué servirá su investigación?
¿Qué conocimientos nuevos aportará a las ciencias?
¿Quiénes se beneficiaran con los resultados?
La justificación debe contener todas las posibles utilidades y beneficios que su
investigación aportará. Cuanto más utilidades y beneficios, mejor.
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